Hoy (por una vez y sin que sirva de precedente) dedico el post a un tema que en principio nada tiene que ver con los Recursos Humanos o el mundo de la empresa. Aprovecharé para escribir sobre una persona con la que he disfrutado de innumerables horas de diversión y carcajadas, y que también me ayudó a perfeccionar mi inglés viendo los vídeos de Youtube en los que aparecía. Además su trayectoria supone un ejemplo de constancia, estilo propio y actitud ante la vida (desde mi punto de vista).
La pasada semana falleció a los 90 años el comediante Don Rickles, uno de los personajes más divertidos, ingenioso, relevantes y auténticos que nos haya dejado el show business. Recuerdo descubrirlo por casualidad en Internet hace bastantes años en uno de aquellos roasts televisivos de Dean Martin en los que famosos de la época (los EEUU de la década de los 70) se juntaban para homenajear a alguna figura relevante del momento (político, cantante, actor, humorista, deportista e incluso algún astronauta). Y por homenajear, me refiero a ponerlo a caldo, hacer chistes sobre el para deleite de la audiencia. Pero entre todos los ponentes que salían al estrado (literalmente) a hacer las bromas de rigor, siempre destacaba y aparecía con cierta frecuencia un hombrecillo calvo y sudoroso, que en plan energúmeno y fuera de si, soltaba las más sórdidas e improcedentes barbaridades que uno puede imaginar. Para mi sorpresa, el famoso de turno que estaba siendo objeto de aquel bombardeo reía a lágrima viva, y el público gozaba con aquello incluso cuando la atención de aquél alocado personaje vestido con esmoquin se centraba en ellos.
Don Rickles hizó del insulto y el ataque más virulento al público presente en sus espectáculos su seña de identidad, fue la fórmula que le permitió mantenerse durante más de 50 años consecutivos como headliner o artista principal en Las Vegas y estar en activo durante casi 60 años y hasta sus últimos días.
En cambio, en la intimidad y siempre en palabras de sus compañeros de profesión y otros artistas objeto de sus bromas, tenía fama de ser tremendamente solidario, cariñoso y afable. Era una de las figuras más respetadas y queridas de la industria del espectáculo, y gozaba también del favor del público, favor que fue capaz de mantener durante casi 6 décadas.
La lección que yo he podido aprender de su ejemplo y que creo que podemos extrapolar a un entorno profesional es la que Don nos dejo en una de sus entrevistas, con la frase que reproduzco a continuación:
«When you stand alone and sell yourself, you can’t please everyone. But when you’re different, you can last.» – Don Rickles
«Cuando estás solo y te vendes a ti mismo, no puedes agradar a todos. Pero cuando eres diferente, puedes perdurar.» – Don Rickles
Al final, tenemos que ser conscientes que agradar a todos es imposible. Debemos actuar con humildad y respeto, manteniendo un estilo propio y predicando con el ejemplo. Pero también tenemos que ser exigentes y rigurosos a la hora de tomar las decisiones necesarias en el ejercicio de nuestras responsabilidades guiándonos por nuestros valores y principios.
Eso no siempre será agradable ni nos permitirá gozar de las simpatías de todos, pero mientras seamos transparentes, dialogantes y nos comuniquemos de manera fluida con nuestros colaboradores, seremos diferentes y podremos durar.
Feliz semana y felices vacaciones de Semana Santa!!