La reprimenda como motivación

Una de las múltiples tareas que como responsables de Recursos Humanos se nos va a encomendar con cierta frecuencia es la comunicación a algún colaborador de aspectos de su desempeño que resultan ser poco positivos para la compañía.

En este artículo se nos habla de como «encajar» la crítica, pero de lo que no nos habla es del enfoque que deberíamos dar cuando somos nosotros los encargados de «lanzar el golpe».

Habitualmente, el «marrón» viene encomendado por nuestro jefe o superior, o bien por el líder de algún equipo de trabajo que es incapaz (o no quiere) resolver la situación por si mismo. El planteamiento es similar a «ya no se que hacer con él / ella»,  «lo he intentado muchas veces y no me hacen ni caso», «hacen lo que quieren, he tirado la toalla»…

Este tipo de enfoque, desde mi punto de vista improductivo y contraproducente, da por sentada la culpabilidad de un individuo o del grupo de trabajo que no responde adecuadamente a las directrices recibidas.

Nuestra responsabilidad como profesionales de la gestión de personas es afrontar estas situaciones como una oportunidad de mejora. Busquemos soluciones a los problemas propuestos en lugar de intentar detectar al culpable. Debemos hacer ver a los «presuntos insubordinados» que no se les está machacando, sino reforzando en áreas en donde poder mejorar. Pongamos el foco en los aspectos positivos de su trabajo y dejemos que reflexionen que hay de cierto en los comentarios que les hemos trasladado.

Ser capaces de transmitir un mensaje constructivo a las personas, para que reflexionen sobre sus posibilidades de mejora, nos permitirá sacar la mejor versión de nuestros colaboradores.

Planteemos discursos positivos, de mejora y fomentando la reflexión. Construir en lugar de destruir. Animar a los colaboradores a demuestren que han entendido las críticas, que han tomado nota y que son capaces de mostrar una actitud favorable.

No nos quedemos con la reprimenda. Optemos siempre por la motivación.

Un comentario en “La reprimenda como motivación”

  1. En los ultimos tiempos he visto que un mando intermedio no debe soltar el marron al departamento de RRHH, debe ser el «lider» el que debe dar su feedback al colaborador. Cualquier otra cosa es escurrir el bulto y empeorar el problema. Asumir ese liderazgo y gestionarlo como una oportunidad es su labor, asesorado por nosotros.

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